miércoles, 29 de enero de 2014

CELEBRANDO LA PAZ

Estamos trabajando en las aulas, el día de la Paz, aquí os dejo el cuento que hemos leído en clase.



Una soleada mañana un hermoso pajarillo decidió pararse en una de las secas ramas de un viejo árbol.
Mientras el ave limpiaba cuidadosamente su rojo plumaje, escuchó que el árbol se lamentaba:
-¡Qué triste me siento! ¡Antes era bello y frondoso, ahora sólo soy un montón de frágiles ramas! ¡A quién le importa un árbol que no da frutos! ¡Ni siquiera los niños quieren treparme!
-¿A qué se debe tanta desdicha?- preguntó el pajarillo al árbol.
-Pues verás, hace más de dos meses que los dueños de esta casa se fueron y desde ese día no he probado una sola gotita de agua, si no llueve pronto seguro que moriré.
-¡Oh! ¡Qué triste! Quisiera ayudarte, pero no sé cómo, sólo soy un pequeño pajarillo.
-¿Crees que puedas traerme aunque sea un chorrito de agua fresca en tu piquito?- Preguntó el árbol.
-¡Claro!- dijo el pajarillo- ¡Es una excelente idea!, voy a pedir ayuda a todos los pájaros del rumbo y juntos te refrescaremos ¡Ya verás!
-¡Muchas gracias pajarillo!- Exclamó el árbol.

Las palomas, los cenzontles, los jilgueros, las calandrias, y otras aves del lugar, se reunieron en el río y dirigidas por el pajarillo rojo llevaron en sus picos agua para el viejo árbol.
-¡Gracias! ¡Muchas gracias a todos! ¡Que feliz y vivo me siento!- Exclamó el árbol cuando, después de una larga espera, pudo disfrutar la lluvia que los pajaritos dejaban caer sobre él.
Todos los días los pájaros regaban con mucha generosidad al árbol. Poco a poco el viejo árbol recuperó su color, miles de hojas volvieron a crecer entre sus ramas y su tronco se hizo cada vez más fuerte. Todo él volvió a estar lleno de hermosas y fragantes flores que pronto se convirtieron en jugosas manzanas. ¡Qué bello! El árbol volvió a sentirse vivo y frondoso.
La hermosura y presencia que el árbol daba al patio en el que vivía provocó que la casa nuevamente fuera habitada. Todos los días la señora de la casa regaba al árbol y éste cada vez estaba más resplandeciente. Los pájaros felices por la llegada de la primavera y por la dicha del árbol decidieron organizar una fiesta en el patio.

 








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