EL PASAYO R
Hoy vamos a conocer a un personaje del circo que llegó al País de las Letras. Es un personaje divertido, alegre, con un gorro puntiagudo, una gran nariz redonda y enormes zapatos.....el payaso.
Este payaso es muy ruidoso y disfruta imitando el ruido de las motos de carreras rrrr, rrrrr,rrr Lo que más le gusta de su traje es su gorro lleno de estrellas y no se lo quita ni cuando descansa. Os voy a contar cómo el payaso R se quedó a vivir en el País de las Letras: El mago Catapún, que es el rey de los gigantes, siempre está tramando fechorías, y mandó a los gigantes con sacos llenos de ratas para que las soltasen por la noche en el País de las Letras. Cuando nuestros amigos se levantaron se las encontraron por todos lados: en la cocina, en el colegio, en la pastelería, encima de las camas de la reina, del rey y de los princesas, que salieron corriendo y gritando espantados. Hasta en los zapatos había ratones. ¡No sabían que hacer!
Los reyes empezaron a pensar, como siempre que había problemas, y decidieron pedir ayuda a todos los habitantes del País de las Letras. Las letras se reunieron en asamblea y cada una fue aportando ideas para acabar con aquella invasión. Entre todas las que dijeron destacó la que propuso el payaso R, que quería acabar con los ratones que llenaban el circo y ponían nerviosos a los elefantes y furiosos a los leones y hacían que los perros ladrasen sin cesar. Se acordó del cuento de “El flautista de Hamelín” pero como el payaso no tenía flauta mágica como el flautista, decidió emplear queso para acabar con los ratones.
Cogió un cesto lleno de queso y lo fue repartiendo por el suelo del circo, los ratones atraídos por el olor acudieron rápidamente. El payaso esperó a que acabaran de comérselo y luego fue echando trocitos de queso por el suelo hasta llegar a la calle. Los ratones le seguían y pronto empezaron a acudir de todas las casas hasta que éstas se quedaron sin ratones. Después se dirigieron al campo y al llegar al río el payaso echó en éste trocitos de queso, y los ratones que sólo miraban el queso no se dieron cuenta del agua y zas...al agua, y los arrastró la corriente camino del mar.
La gente del País de las Letras gritaba ¡Viva el payaso R! Y lo llevaron a hombros hasta el palacio real. Los Reyes estaban felices y le dijeron: Pídenos lo que quieras que te mereces un premio.
El payaso R contestó: - Señores, dadme una casita con jardín, y mi hermano y yo nos quedaremos a vivir en vuestro país.
Los reyes aceptaron encantados y le preguntaron qué trabajo quería hacer y el respondió que le gustaría se el encargado del garaje de palacio, porque le encantaba el ruido de los coches. El rey accedió y lo nombró encargado general de todos los garajes del reino y, además, jefe de protección contra las ratas.
Un día el rey fue a verlo para saber si estaba contento. ¡Que susto se dio al oír aquel ruido insoportable!, no se entendían ni hablando a gritos. El Payaso R le preguntó si algún día podría ir a palacio a visitarle y si el Señor Estudioso podía dibujar su cuerpo para escribir libros. El rey U le dijo que ya lo hablarían cuando hubiera menos ruido.
EL rey lo pensó mucho y cuando el payaso R fue a visitarlo le dijo: De acuerdo, vendrás con nosotros, pero cuando estés entre dos personas de mi familia, no podrás gritar.
- ¿Pero nunca podré gritar rrrrrrr...?
- Bueno, cuando hables el primero y no vayas entre dos personas de mi familia.
- Bien, procuraré acordarme.
- Espero que así sea –contestó el rey U.
Como el payaso no quería disgustar al rey, pensó que si llamaba a su hermano, que era muy forzudo de tanta gimnasia como hacía, a lo mejor era más fácil, ya que como los dos sonaban igual, aunque hablaran bajito, al hacerlo los dos a la vez harían ruido suficiente, pero el rey no les podría regañar.
El payaso R fue a buscar a su hermano para contarle su plan, y lo convenció para que lo acompañase en el próximo paseo con la familia real. ¿Qué pasará?... Pronto lo sabremos.
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