miércoles, 6 de septiembre de 2017

COMIENZO DE CURSO Y PERIODO DE ADAPTACIÓN

Adaptación: La metáfora de la bicicleta y las rueditas.

Aquí os dejo un texto interesante para reflexionar.

"Enseñarle a un niño a andar en bicicleta suele ser un momento muy interesante y permite una reflexión más amplia."

El problema reside en el momento justo de sacarle los ruedines de la bicicleta ¿Cuándo puede valerse por sí mismo y no necesita de ese sostén, incluso, de nosotros caminando a su lado? ¿Y si se cae o golpea? ¿Está en condiciones de andar solo? ¿Y si siente que lo estamos abandonando? Éstas suelen ser las dudas de los adultos.

La metáfora de la bicicleta y los ruedines viene a la mente cada vez que se llega al colegio en tiempos de adaptación. En muchos casos se observa que la situación de “despegue” parece eterna; mamás y papás que no logran tomar la decisión de “quitarle los ruedines”…

Es muy difícil administrar la gradualidad del despegue, tener la madurez y seguridad de tomar distancia para dejarlos crecer, cuando lo único que queremos en la vida “es tenerlo a nuestro lado”.

Crecer, aprender, madurar, es asumir el desafío de “saltar a lo desconocido”, “despegarnos de lo conocido” perdiendo la calidez y seguridad de lo familiar.

Aprendemos porque arriesgamos, porque asumimos los costos de lo nuevo y porque existen unos adultos que nos dan la garantía de que nos ayudarán si hay dificultades.


Es la gran paradoja… porque los amamos queremos que estén toda la vida con nosotros, pero también porque los amamos queremos que crezcan. La madurez es entender que crecer es lo mejor para ellos… más allá de nosotros".

Entendemos por período de adaptación, el camino por el cual el niño asimila (desde el punto de vista de los sentimientos) las pérdidas y ganancias que le supone la separación con su figura de apego, hasta llegar a una aceptación de la misma.

Es un proceso que permite superar la crisis de la separación de la figura de apego, la fase de oposición en la que se encuentran estos niños favorece el nivel de autoafirmación

La incorporación del niño al centro educativo supone la salida de un mundo seguro y conocido, su familia, para enfrentarse a algo desconocido: espacios, personas y roles que debe aprender a desempeñar.

Los protagonistas del período de adaptación son los niños/as, y son los que tienen que superar desde su interior esos cambios, saliendo poco a poco de su egocentrismo, independizándose de sus figuras de apego.

Tanto padres como educadores debemos estar atentos para que todo se efectúe de forma natural. Debemos facilitar la adaptación a la escuela, pero es el niño el que tiene que superar la dificultad del cambio.

Pautas que ofrecemos a los padres:


  • Al niño/a se le debe mentalizar en la casa en el sentido de que comprendan que en la escuela van a conocer a otros amigos, aprenderán canciones, jugarán, se lo pasarán muy bien y las actividades serán divertidas.
  • Los padres/madres deben hacer siempre comentarios positivos de la escuela y sobre todo en presencia de los niños.
  • Los padres/madres deben procurar que los niños/as vayan adquiriendo en casa ciertos hábitos mínimos: ir al servicio, beber agua ellos solos, vestirse, orden y limpieza personal.
  • Preparar con cariño aquellos objetos que el niño tiene que llevarse a la escuela los primeros días del colegio.
  • Habituar al niño/a al nuevo horario que va a tener que cumplir, sobre todo en lo referente a horas de dormir y despertarse. Se recomienda que su hijo/a venga al colegio suficientemente descansado por lo que deberá acostarse temprano.
  • No prolongar las despedidas de los niños por parte de los padres. Se recomienda que de cara a evitar posibles estados de ansiedad, llantos, etc..
  • Si a su hijo le recoge alguna persona distinta a la habitual, por favor, avise a su maestro/a.
  • Los niños deben venir al Colegio convenientemente desayunadosy dada la duración de la jornada escolar deben traer algún alimento para almorzar, siempre con el nombre escrito.
  • Los niños deberán acudir al colegio cómodamente vestidos, preferentemente con chándal o con indumentaria práctica y que no limiten sus movimientos.
  • No mentirles con el “ahora mismo vuelvo”.
  • Despedirse con una sonrisa y vivir el momento con naturalidad y seguridad.
  • Escuchar al niño con interés sobre las vivencias de cada día en clase.

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